La Práctica Siempre es Mental

Sufres una derrota, decepcionante, dura. Tan dura que no puedes evitar «sufrirla» de nuevo, una y otra vez, en tu cabeza. Competiste el domingo, pero la sufres durante toda la semana. Después de 7 días consecutivos, a base de rumiar, dramatizar, exagerar y distorsionar lo sucedido, eres todo un experto en «el arte de cómo sufrir una derrota». El disco rayado no para. Pero te consuelas a ti mismo diciéndote que ya sabes todo «lo que no hay que hacer». Pero en realidad, lo que has estado haciendo es reforzar todo «lo que hay que hacer». Lo que hay que hacer para poder seguir sufriendo y lamentándote. Lo que hay que hacer para distraerte de la tarea de mejorar todo lo que puedas para la siguiente vez.

F1 Focus - Visualización

Y, ¿qué sucede con las buenas actuaciones? También puedes repetirlas una y otra vez, en tu mente. ¿Qué efecto producirá esa repetición? También transformará tu experiencia, pero dependerá de la parte exacta que revivas mentalmente. ¿Revives la celebración o el calentamiento previo al partido? ¿Las acciones positivas o las tensas? ¿Los nervios o la confianza? ¿El ambiente del pabellón o el estado de concentración? Puedes hacer sonar una misma canción las veces que quieras, simplemente porque te encanta escucharla. Pero si lo que quieres es aprender a tocarla, es probable que tengas que ser más preciso con la parte del disco que tienes que volver a hacer sonar.

El dominio se alcanza con la repetición, a veces física, siempre mental. Hay multitud de factores que aparecen en la competición, que influyen enormemente en el rendimiento, y que no podemos replicar en los entrenamientos. Puedes intentarlo con ciertas condiciones externas: buscar pistas similares, simular el comportamiento del rival, o incluso poner por megafonía el sonido ambiente del recinto donde vas a competir. Pero, ¿cómo simulo las condiciones internas: nervios, presión, estrés,…? La visualización nos sirve para emular todas esas condiciones y tratar de encontrar las mejores respuestas. Y tiene una gran ventaja: puedes repetir y repetir a tu antojo.

Es famosa la historia de un prisionero de guerra que permaneció confinado en una pequeña celda durante años. Para evitar que su estado mental se deteriorase, ideó una estrategia que le permitía mantener su mente ocupada. Consistía en practicar su deporte favorito, el golf, cada día. Recorría cada hoyo que había jugado, y jugaba cada golpe al detalle, en su mente. Tras ser liberado, al llegar a su casa, fue jugar un partido de golf. Se dice que fue el mejor partido que nunca había jugado. Todo lo que su cuerpo había tenido que hacer era llevar a cabo lo que su mente ya dominaba a la perfección.

Más allá de la veracidad de esta historia, lo que sí es cierto es que podemos servirnos de la visualización,práctica imaginada, para alcanzar un mayor dominio de cualquier técnica. Y es que no sólo puedes repetir cuantas veces quieras una determinada acción. Puedes modificar voluntariamente cada repetición mental de una determinada acción técnica. Puedes ralentizarla, acercarte a ella, observar los detalles, mejorarla,… Igual que cuando tratas de aprender una técnica nueva, a base de practicar y practicar acabas haciéndolo con mucha más velocidad y de forma casi automática.

Puedes verte repitiendo una bolea de Federer, idear y practicar un nuevo regate, o encadenar varias acciones de una forma diferente. Evidentemente, necesitaremos de la práctica física como base sobre la que construir la práctica mental. También la necesitamos como concreción y confirmación de lo que experimentamos mentalmente. Así, en el caso de la repetición, afrontarás la ejecución con un mejor conocimiento de los detalles. Y en el caso creativo, no será «como si lo intentases por primera vez».

La visualización creativa, sirve fundamentalmente para tres cosas: para mostrarle al cerebro cómo es lograr un determinado objetivo; para dotarle de la convicción de que es posible alcanzarlo; y por último, para obtener «pistas» acerca de cómo conseguirlo.

Mediante la visualización también se pueden ensayar los aspectos relacionados con el estado mental con el que afrontas la competición. No se trata sólo de prepararse para enfrentar condiciones adversas como ambientes hostiles, condiciones de presión, nervios, incomodidad, frustración, etc. Todas estas condiciones pueden influir en la capacidad de atención. Enfrentarse a ellas a través de la visualización puede ayudar a regular su incidencia en concentración del deportista, artista, conferenciante… Más aún, la visualización puede servir para el ensayo emocional de situaciones en las que necesites de todo tu entusiasmo y confianza, de una mayor agresividad, o de toda la calma y serenidad posibles.

La visualización te permite acceder a experiencias del pasado en las que alcanzaste ese punto óptimo. Pero sobre todo, puede ayudarte a encontrar el camino para acceder de nuevo a los recursos que te llevaron hasta allí. De forma creativa, al mostrarte cómo es, o cómo puede llegar a ser lograr el objetivo, la visualización te sirve como herramienta de motivación. Al hacerte ver que es posible alcanzarlo, te ayuda a vencer el miedo y a ganar confianza. Y al facilitarte la obtención de pistas de cómo conseguirlo, te ayuda a focalizar la atención en lo que es necesario para alcanzar el éxito.