Buscando un Rendimiento Óptimo

Rendimiento Óptimo

Si hay un momento en el que se necesita un rendimiento óptimo ese puede ser durante la Copa Mundial de Fútbol. Y si hay un estado que se asocia con el máximo rendimiento, especialmente en el deporte, es eso que se ha venido a llamar fluir. Los americanos lo llamar estar en la zona, o flow. Desde que Mihály Csíkszentmihályi acuñara el término, son ya muchos los estudios que lo relacionan con el alto rendimiento, y no en vano, también se le denomina como experiencia óptima.

Messi Modric

Foto: Anadolu – antena2.com.co

Puedes investigar un poco sobre ello, pero quizás lo más interesante puede ser saber cómo acceder a ese estado. Lo cierto es que no hay nada que puedas hacer que te garantice la inmersión, que te asegure que vayas a fluir. Pero incluso cuando no llegues al estado óptimo, estar cerca también te aproximará a las condiciones para un rendimiento óptimo.

Las tres condiciones que nos presentan como precursoras del flow, son las siguientes:

  • Objetivos claros y concretos
  • Equilibrio entre reto y habilidad (percibidos)
  • Feedback claro e inmediato

Como te digo, puedes investigar un poco al respecto. De hecho al final del post de recomiendo unos cuantos libros que hablan del flow, también en el ámbito deportivo. Pero ahora quiero plantearte dos cuestiones:

  • ¿Se dan estas condiciones para los participantes en el Mundial de Fútbol de Rusia 2018?
  • ¿Se podría decir quienes cumplen con estas condiciones están experimentando (o están cerca de experimentar) el flow?

No creo que sea demasiado suponer que todos acuden al mundial con objetivos claros. Pero sobre todo al inicio de cada partido, que al final es lo que cuenta, más o menos todos saben cuál es el objetivo del equipo, y cuál es su objetivo particular, muy relacionado con su rol. Y a estos niveles, no me cabe duda de que tienen información precisa de todo lo que está sucediendo en cada momento. En algunos momentos quizás hasta demasiada.

rendimiento óptimo

En cuanto al equilibrio reto-habilidad, es posible que haya equipos (y jugadores) con expectativas excesivas. Podría pensar en selecciones o deportistas inexpertos, novatos en este tipo de competición, que afrontan con ansiedad su participación. Dudan de su capacidad para afrontar el reto que se les presenta. Pero esto no es así con muchos otros.

Y ahí es donde empezamos a considerar otro factor precursor del flow: las consecuencias. Y este factor tiene dos caras:

  • Consecuencias Positivas
  • Consecuencias Negativas

Si no hay consecuencias relevantes, por muy fácil o difícil que sea el reto, conseguirlo o no importará poco. Lo cierto es que muchos incluirán este aspecto dentro del factor reto. Dependerá del sentido que le hayamos dado. Habitualmente se le ha dado el sentido de dificultad, más que el de relevancia. Aunque en realidad funcionan de un modo similar. De hecho, yo diría que tienen un efecto multiplicador.

Veámoslo. Para Argentina, ganar a una selección como Islandia, o Nigeria, puede ser un reto asequible. Sin embargo, las consecuencias negativas de no hacerlo pueden ser desastrosas. Cuando el reto se plantea en estos otros términos, el reto puede ser abrumador, por mucho que parezca muy asequible. En estas circunstancias, nos desplazamos hacia el lado de la ansiedad. En algunos casos se exterioriza como tal, y en otros parece desidia, aunque esto es más bien una expresión de la frustración posterior. La misma frustración que a unos les conduce a la agresividad, a otros les lleva a la desconexión, pero en ambos casos es señal de impotencia. De formas distintas, pero ambos, de formas distintas, dan el partido por perdido. Se han rendido.

Argentina Nigeria 2018

Foto: vinilofm.com.ar

Por el contrario, para Islandia, o para Nigeria, la dificultad de enfrentarse a Argentina está por encima de lo que podría pedírseles. Sin embargo, las consecuencias negativas de perder, incluso de hacer un partido horrible y salir goleados, no serían preocupantes. Afrontar el reto en estos términos podría inducir a cierta desidia, o indolencia. Lo interesante resulta de afrontar el reto desde la grandeza de las consecuencias que tendría una victoria. Entonces, la magnitud del reto pierde relevancia. Y sin ser necesariamente más accesible, el efecto en la motivación y en la energía limpia, libre de tensión, acaba sumándose a las habilidades con que se afronta.

En el caso argentino, ¿qué harías para favorecer que fluyeran como equipo ante Nigeria?