Satisfacción: ¿Dónde la Encuentras? ¡Concreta!

¿Qué te aporta la victoria? De fuera de ti mismo, quizás recompensas materiales, reconocimiento,… Y dentro de ti, ¿que genera? ¿Satisfacción personal? ¿Qué significa esa satisfacción? ¿Se trata también de un reconocimiento que te das a ti mismo? Pero más específicamente, ¿qué es lo que reconoces, tu valía personal, o el esfuerzo que te ha llevado hasta ahí? Dependerá de la información que tomes en cuenta. Evidentemente, no va a ser lo mismo valorar tu rendimiento en función de unas cosas o de otras.

satisfacción personal y deporte

Lo más fácil, a todas luces, es atender al resultado final. Ganaste: puedes sentirte satisfecho. Perdiste: te sientes decepcionado. ¿Pero es esa la única información relevante? Es lo más sencillo, sobre todo para quienes no conocen bien tu deporte, el deporte en general, o todos los factores que pueden afectar al desenlace de una competición. En especial, es lo más fácil para quienes no saben todo lo que supone formarse y crecer como deportista, o como equipo, y prepararse concienzudamente para una competición.

Entonces, ¿puedes confiar en una valoración de rendimiento, aunque la hagas tú mismo, que sólo considere el resultado final? Y ahí volvemos al reconocimiento externo. Y es que sin darnos cuenta, y sin saber exactamente en qué se basan, la evaluación que muchos hacemos de nuestra propia valía acaba dependiendo precisamente de lo que otros digan. Es decir, si recibo muchos halagos, será que soy bueno, y si recibo críticas, será que no valgo. ¿Así de simple?

Sería mucho más apropiado atender a más fuentes de información para saber si lo estás haciendo bien. Además, si eres tú el sujeto activo, si lo que vas a valorar como satisfactorio o insatisfactorio es tu propia actuación (o la de tu equipo), deberías descartar todo aquello sobre lo que no puedes intervenir activamente: arbitrajes, preparación o nivel del rival, condiciones ambientales,… ¿no crees? ¡Y da la casualidad de que el resultado depende de todas ellas!

Lo que no depende de todas estas cosas es tu capacidad para adaptarte a las circunstancias. Y esta capacidad resulta, igual que las capacidades físicas o las habilidades técnico-tácticas, del entrenamiento que hagas de ellas. Se trata de uno de los principios básicos del entrenamiento, la adaptación al esfuerzo, a la oposición del rival,… a las circunstancias de la competición.

Entonces, ¿cuándo deberías sentirte satisfecho? Fundamentalmente, cuando hubieses puesto en acción lo mejor de ti mismo: tu mejor esfuerzo, tu máxima capacidad de sufrimiento, toda tu atención, la esencia de tus valores (es decir, tus mejores intenciones), una concentración total, un estado emocional potente (útil y capacitante),…

¡Uf! ¿Valoración compleja? Desde fuera puede que sí, por eso no es lo más habitual. Pero desde dentro, no necesitas indagar demasiado. De hecho, tu propia intuición será la que te diga si lo hiciste lo mejor que pudiste (o supiste). Pero sobre todo, te dirá si tienes motivos para pensar que no diste lo mejor que tenías.

Además, llegado el momento crítico, las cosas serán mucho más fáciles. La valoración estará prácticamente hecha, pendiente únicamente de la guinda final. Pero el pastel no será muy distinto con o sin guinda. Y de algún modo, a cada paso, habrás podido ir saboreando la satisfacción que buscabas. No habrá mejor manera de terminar el día, cada día, sabiendo que te esforzaste al máximo, que pusiste toda tu intención en hacer algo que consideras importante, con atención y con buen ánimo. Poder sentirte satisfecho porque diste lo mejor de ti mismo.

Si durante deamasiado tiempo esto no es así, será difícil que le llegues a poder ponerle la guinda al pastel. Y aunque llegues a hacerlo, seguramente no podrás saborear mucho más que eso, una guinda. Sin ella, un pastel elaborado con mimo, paciencia y atención, contando con tus mejores ingredientes, seguirá siendo un magnífico premio. Elaborarlo no será fácil, pero podrás apreciar y sentirte satisfecho de cada paso dado. Y al final, con o sin guinda, podrás reconocer que hiciste algo que va más allá de un único momento, algo plenamente satisfactorio, algo memorable.